jueves, 24 de mayo de 2012

En las fauces de la vida.






Para llegar a ser sabio, es preciso querer experimentar ciertas vivencias; es decir, meterse en sus fauces. Eso es, ciertamente, muy peligroso; más de un sabio ha sido devorado al hacerlo.

Friedrich Nietzsche 

En nuestra querida clase de Filosofía ...


Dando a conocer mí humilde opinión he de confesar que para mi hay tres tipos de clase en el mundo:
Las que son pésimas y por ello intentas evadirte de la realidad, las que son inolvidables debido a que el profesor te sumerge en la asignatura, y todas las demás (aburridas, plúmbeas, etc...)

Para mi, la clase de filosofía ha sido del segundo tipo, una clase amena en la que he disfrutado y al mismo tiempo aprendido una serie de conocimientos que nunca habría llegado a imaginar.
Reconozco que en el anterior curso veía a la filosofía con cierto temor por la falta de conocimiento sobre esa asignatura, pero desde el primer momento que pise la susodicha clase solo me limite a escuchar, a aprender, a replantearme lo aprendido y sobre todo a pasar dichos conocimientos a la práctica; También he de admitir que mi especial atención en estas clases fue también conseguida por el humor irónico de nuestro querido profesor, quien con sus chistes y sobre todo sus explicaciones hizo de esta clase una especie de "Escuela de Atenas "  en la que nos ponía a prueba a todos los alumnos.

He de añadir que es cierto que la filosofía es una asignatura muy compleja y que conlleva un duro trabajo, pero reconozco que merece la pena las horas  que he leído, estudiado y comprendido la filosofía.

Tras haber asistido a estas clases me he dado cuenta que la filosofía en cierto modo es como la opera.
Puede que la escuches por primera vez y que no te guste absolutamente nada y por ello no volverla a escuchar, o por el contrario, que te guste tanto que llegue a apasionarte.

En mi caso, aunque no haya estudiado  filosofía el suficiente tiempo como para saber con claridad si de verdad quisiera estudiarla en profundidad, he de reconocer que como en el caso de la opera, la filosofía me ha conquistado.

Esta clase a sido inolvidable para mi.
Un placer haber escrito este artículo y un placer haber tenido la oportunidad de haber formado parte de su clase.



                                


 El pensador de Rodin.